Buenas noches.
Tenemos como plato del día:
No he ido al gimnasio porque no me ha dado la gana y ya iré si puedo con salsa de trufa negra.
Mejor voy a pedir:
Hoy no llego a recoger a mis hijos al cole con loncha de pavo acompañado de ya está su padre para hacerlo, digo yo.
¿Y usted?
Pues para mí: Sigo sin pareja estable y me la resbala sobre base de aguacate y arándanos.
¿Lo quiere con extra de me la resbala?
Es que no sé... Mire no, mejor póngame: Tengo patas de gallo, ¿y qué?
Perfecto, patas de gallo.
Mira a esa chica del móvil, seguro que va a pedir:
No le he hecho la cena a la niña pero no le va a pasar nada, si se la hace su padre... al vapor.
Mira, me vas a poner un crocanti de:
No me caso porque no me da la gana con taquitos de pavo.
También tenemos: No pienso tener hijos, ¿y qué? sin ralladura de ningún tipo.
Ay, me encanta. Sí, sin ralladura mucho mejor, sí.
¿Alguna alergia o intolerancia?
Pues sí, a la presión social.
Yo voy a querer un:
Ravioli de no te digo yo lo que me importa estar perfecta después del parto al pepino.
¿Lo saben ya?
Pues sí, nosotras vamos a tomar:
Estamos al borde de un ataque de risa con reducción de nervios.
Y un poquito de gazpacho, pero sin nervios también, ¿eh chicas?
Sí, sí, sin nervios, porque se te hace una bola horrorosa, horrorosa...
¿Quién ha pedido:
Alcachofas de soy directora general mundial y madre sobre virutas de pavo?
Gracias, lleva reducción de jornada laboral, ¿verdad?
Sí, sí, como usted quería.
Madre mía, cómo está esto, ¿no?
Normal, somos 15 millones de mujeres.
Una sociedad equilibrada también ayuda a reducir el estrés.
Pavofrío, alimentando otro modelo de mujer.