Cincuenta años cumple esta niña que ya tenía una historia incluso antes de nacer, porque antes de que se publicara en un semanario argentino Mafalda pasó dos años metida en una carpeta. El dibujante Joaquín Lavado, Quino, la creó para una publicidad de electrodomésticos que nunca llegó a ver la luz y no fue hasta un día como hoy de 1964 cuando esta pequeña filósofa echó a andar de manera imparable. Desde las dos primeras viñetas supimos de sus preguntas y reflexiones. Y además de Mafalda conocimos a su padre. Quino imaginó una familia de clase media en un barrio de clase media de Buenos Aires y convirtió a su personaje más famoso en una pequeña filósofa que desnudaba a los problemas del mundo.
Quino se encargó durante nueve años de que Mafalda dijera frases cargadas de filosofía e inteligencia denunciando las guerras, la injusticia y pidiendo igualdad. Pero un buen día sintió que su personaje ya lo había dicho casi todo y dejó de dibujar a Mafalda en 1973.
Cuando sea grande trabajaré como intérprete en las Naciones Unidas...
Mafalda sentenciaba con una inocencia demoledora y mientras pedía que el mundo se parara para bajarse o reclamaba lo importante sobre lo urgente conocimos a Guille, Susanita, Felipe, Miguelito. Supimos que le gustaban Los Beatles y odiaba la sopa.
¿Por qué siempre sopa?
La niña rebelde, crítica y preocupada por los derechos humanos salió de Argentina y fue traducida a decenas de idiomas y casi como un regalo de cumpleaños su creador, Quino, recogerá en unos día el premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades.
