La radical sugerencia de que nuestra educación tiene poca influencia en nuestra personalidad constituye un descubrimiento notable. Pero el estudio albergaba también otras sorpresas. Sorpresas que incluso los gemelos no podrían haber adivinado, hasta que se conocieron por supuesto.
Nada más recibir la carta de Bárbara la llamé por teléfono.
En los días posteriores Daphne y Bárbara descubrieron más y más cosas sobre ellas y lo que oyeron las asombró.
A pesar de haber crecido en familias muy diferentes, Bárbara en la de un jardinero que trabajaba para el gobierno local y Daphne en la de un acaudalado científico sus vidas habían transcurrido por caminos idénticos. Ambas habían sido guías, habían tomado clases de baile y las dos caminaban con una leve cojera por lesiones idénticas sufridas en la adolescencia. Ambas se teñían el pelo de color castaño y leían las mismas novelas. Tenían miedo a la sangre y a las alturas y bebían el café frío.
Las extraordinarias similitudes entre gemelos idénticos criados por separado han llevado a algunos a proponer una explicación adicional. Tal vez no sean solo sus genes los que dirigen sus vidas por caminos similares. Tal vez haya también algo más misterioso. Hay quien ha sugerido que los gemelos tienen el poder de comunicarse telepáticamente.