La dieta mediterránea revisada: transcripción

La vida sedentaria obliga a incorporar el deporte y se añaden conceptos como comer en compañía. Hoy, más que una dieta los nutricionistas recomiendan un modo de vida.

Lo dice la comunidad científica. La dieta mediterránea es una de las más saludables del mundo. En su base, los alimentos que más tenemos que comer. Frutas, verduras, cereales, lácteos, aceite de oliva. En medio, productos necesarios, pero que hay que limitar como pescados, carnes, huevos y legumbres. Y en el vértice productos que hay que comer de vez en cuando como los dulces.

Y para hidratarnos un mínimo de cinco vasos de agua al día. Un esquema sencillo, pero que se sigue poco.

Lluís Serra (Presidente fundación Dieta Mediterránea):
Calculamos que aproximadamente un 40 % de la población tiene una alimentación o una dieta mediterránea adecuada, ¿no? Los que más la siguen son las personas mayores.

Félix de 64 años es un buen ejemplo. Desde que se ha jubilado aprovecha su tiempo libre para cultivar un huerto y comer sus propios productos frescos.

Félix:
Tenemos lombardas, que han estado aguantando, y ya están... tienen sus cogollitos. Es una... una col muy rica. Vienes aquí, empleas tu tiempo. El ejercicio moderado de trabajar y cavar el huerto...

Félix acaba de dar la clave de la otra pata de la dieta mediterránea: el ejercicio físico. Se necesita como comer, a diario, para combatir la excesiva sedentariedad de nuestros días. Pero para la fundación Dieta Mediterránea esto no es suficiente. Y añade a la pirámide nuevos conceptos como cuidar la forma de cocinar los alimentos para no tirar por tierra su valor nutricional.

Consuelo López (Escuela Nacional de Sanidad):
Lo que no se puede hacer es recocer las verduras, cocinarlas abusivamente porque se ablandan muchísimo, tienen peor sabor. Gastronómicamente eh... están... son peores. Pero desde el punto de vista de la nutrición también. Puesto que cuanto mayor temperatura y mayor tiempo se aplica a un producto, la pérdida vitamínica por ejemplo es mayor.

Sentarse a la mesa solo o acompañado también es importante.

Diana Julià (antropóloga):
El ritmo de vida que llevamos hoy no nos da la ocasión siempre de poder comer todo el rato con quien quisiéramos y con quien pudiéramos lo que hace que de alguna forma pues cada vez se converse menos, se comunique menos y tengamos menos ocasión de intercambiar ideas u opiniones y a la larga, bueno el comer se reduce a algo puramente fisiológico.

No como solo. Comes más deprisa por lo general.

Y por último recomiendan comer productos de temporada.

Naranjas, chirimoyas, limones, pimientos. Estos productos están ahora de temporada. Y los podemos encontrar en cualquier momento del año, pero por ejemplo, mientras que por un kilo de judías en estos momentos pagaríamos un euro y medio, en verano si las compramos pagaremos el doble. Consumir alimentos de temporada ayuda a nuestro bolsillo, al ecosistema, a la economía y a nuestra cultura.

Diccionario de la RAE: