Funerales modernos: transcripción

Un entierro o una incineración cuestan en nuestro país una media de 2.500 euros. Cada año las empresas funerarias aportan novedades en sus servicios. Lo último, urnas de diseño, trajes que no contaminan al quemarse o la posibilidad de guardar el ADN del fallecido.

Es la futura escultura de una mujer embarazada. Es arte, pero, aunque no lo parezca, funerario. Es una urna para guardar las cenizas. Cristina recupera así una vieja tradición.

Cristina Lozano:
Hay gente que después las deposita, en el mar, en el bosque, las cenizas. Y luego se guardan la urna-escultura como un recuerdo al homenaje de la persona querida, bien en casa o en un jardín.

Y además los familiares pueden dejar mensajes en ellas.

La mecha de su pelo... tiene para dejar los mensajes.

En España el número de incineraciones aumenta cada año. Estamos en el 30%. Por eso la innovación es constante. Este ataúd es desmontable. Sólo se incinera la parte de abajo y así el resto de la madera se recicla. Y lo último... Este traje para vestir al difunto, totalmente ecológico para que al arder no contamine.

Eduard Vidal (Grupo Mémora):
No tiene poliesters, no tiene fibras sintéticas. Eh... no emite dioxinas en el proceso de cremación.

Esto es un depósito de tejidos. Antes de incinerar al fallecido, algunos tanatorios ofrecen ya a la familia la posibilidad de guardar una muestra de su ADN.

Eduard Vidal (Grupo Mémora):
Conservar una pequeña muestra de tejido, precisamente que tenga células mononucleadas para poder... poder eh... mantener la información para generaciones futuras.

Lo fúnebre también se digitaliza. Elvira ha inventado, por así decirlo, una especie de Facebook, para los muertos.

Elvira (Rememoris):
En la web los familiares publican la esquela y abren un perfil al fallecido. Los usuarios pueden enviar condolencias. Eh... recordatorios por el día del cumpleaños, del aniversario. Eh... comunicarse. Es un lugar donde homenajear también al ser querido que ha... que ha fallecido. Pueden subir fotos...

E incluso pueden ponerle una vela. Digital, eso sí...

Y así son los nuevos tanatorios, modernos y funcionales como éste de Badalona que intentan hacer más llevadero el momento del adiós en un país donde las ceremonias laicas han aumentado un 15%.

Ana Gassió (tanatorio de Badalona):
Nosotros lo llamamos homenaje póstumo y es un homenaje para los que no quieren esa celebración tradicional religiosa, bien porque quieren algo más personalizado, diferente o porque realmente no son creyentes.

Diccionario de la RAE: