Hay datos que contradicen los tópicos. Los alemanes son más aficionados que los españoles a la siesta que, parece, está dejando de ser una costumbre típica de nuestro país. Sólo un 16% reconoce que la echa a diario.
La siesta del carnero, del lirón, del vencejo o del viajero. Del rico o del pobre. Hay tantos tipos de siesta como amantes de este hábito tan saludable, tan nuestro, que comienza ya a ser historia.
La siesta actualmente en España es un mito. Solamente un 16% de la población adulta española puede hacer la siesta de esa hora, hora y media que antaño nuestros abuelos y padres... nos hablaban de ello.
Y nos dicen también que preferimos el sofá a la cama y que la mayoría duerme de lado. ¡Ojo al dato! Son los varones los que más sestean, los que más hacen la siesta. Más que las mujeres. También hemos visto que la calidad del sueño en las mujeres es peor que los varones.
Para recuperar este hábito se está celebrando el campeonato nacional de siesta de España. Más de 300 soñadores... como en casa. Con pijama, con peluche, con almohada o con antifaz. Y logran dormir a pesar del ruido.
Dicen los expertos que la siesta disminuye el estrés, mejora la memoria y reduce la presión arterial.
Eso también hace que a largo plazo disminuya la incidencia de problemas cardiovasculares. Vivimos muchos más años y sobre todo con mejor calidad de vida.
Dicen los expertos que si en nuestro lugar de trabajo hubiera un pequeño lugar donde dormir la siesta rendiríamos bastante más en el trabajo, se relajarían las tensiones laborales y se reduciría el absentismo laboral.
Aragoneses y extremeños son los que más duermen y gallegos y vascos los que menos. La célebre tesis de Cela pijama, padrenuestro y orinal ya comienza a ser historia.