El olivo es el primer protagonista de la tríada mediterránea, originario del Asia meridional formaba verdaderos bosques silvestres. Su utilización para la obtención de aceite data del paleolítico en algunas zonas de Creta.
Son los fenicios y su incesante mercadeo marítimo quienes difunden su cultivo por Grecia, Roma y también por España. Hoy nuestro país es la primera referencia en el mundo del aceite con la provincia de Jaén como mayor extensión de cultivo.
El olivo se caracteriza porque es un frutal austero que, según decía el propio Virgilio, no precisa de cultivo o de cuidado. El aceite se convirtió en un producto de muchos usos. Aparte del meramente alimenticio era un eficaz combustible, tenía efectos medicinales y servía como ungüento o cosmético.
El producto esencial del olivo es el aceite, también llamado oro líquido. Un nutriente indispensable. Su función principal es proteger nuestro organismo de un peligro de riesgo oxidativo. Un elemento necesario para la absorción de ciertas vitaminas.