■ | ¿Diga? |
□ | ¿Gabriela? Soy Margarita. |
■ | Margarita, ¡hola! ¿Qué pasó? ¿Qué me cuentas? |
□ | Pues nada, fíjate que hoy por fin hemos encontrado un piso amueblado. |
■ | ¿De verdad? ¡Qué alegría! |
□ | Y el alquiler no es exagerado. |
■ | ¡Venga, qué suerte! Cuenta, ¿cómo es? |
□ | Pues, bastante grande. Tiene tres habitaciones, un salón... y un comedor con terraza, y pues claro, una cocina con todos los aparatos, cocina, nevera. Ah, y tiene lavadora, pero no en la cocina, está en uno de los baños. |
■ | Pues hay de todo, ¡qué bien! ¿Y cómo está decorado? |
□ | Bonito. Es más bien... más bien clásico, no como el de Zaragoza, pero me gusta. El salón tiene un sofá y dos sillones de cuero, una mesa pequeña, en fin, está bien. |
■ | ¡Qué bien, chica! Y me has dicho que tenéis tres habitaciones, ¿verdad? Entonces, Claudio y Javier pueden tener cada uno su dormitorio. |
□ | Pues no, bueno, es que hemos pensado... Ya sabes que a los chicos les encanta dormir juntos, y queremos usar una de las habitaciones para trabajar. Puede ser también para las visitas, porque hay dos camas ahí. A ver cuándo venís vosotros. |
■ | Claro, a ver si podemos ir en las próximas vacaciones. |
□ | Sí, me alegraría mucho. Y Barcelona es una maravilla. Pero nos vemos antes, ¿no? |
■ | ¿Cuándo volvéis? |
□ | Mañana por la mañana. Si quieres podemos tomar un café juntas un día de la semana. |
■ | Muy bien. ¿Me llamas? |
□ | Vale. Hasta pronto entonces. |
■ | Hasta pronto, adiós. |